Fleetwood Mac: The Dance 2lps
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El regreso de la era RUMOURS de Fleetwood Mac al servicio activo fue una noticia bienvenida en 1997. Cada una de las tres compositoras principales de la banda -Lindsey Buckingham, Stevie Nicks y Christine McVie- había hecho trabajos en solitario de gran calidad, pero que no se acercaban a la altura comercial de la banda en su apogeo. Y el intento del baterista Mick Fleetwood y el bajista John McVie de continuar sin su trío vocal -el estéril TIME de 1995 con el ex guitarrista de Traffic Dave Mason- difícilmente podría haber salido peor.
Desde las primeras notas de "The Chain" en THE DANCE -el álbum en vivo y el proyecto de vídeo que marcó el regreso de la formación clásica- es fácil escuchar que los cinco músicos principales son mejores juntos que separados. Buckingham y Nicks han nacido para armonizar: él suena como si estuviera a punto de salirse de la piel con la adrenalina, y la voz rasposa de ella le da un objetivo al que apuntar. Y los humeantes coros de Christine McVie añaden textura y profundidad a la canción. Los oyentes reconocieron algo que se habían perdido en ese momento, probablemente sin darse cuenta de que lo habían echado de menos: el sonido clásico de esta maravillosa banda.
Además de canciones tan conocidas como "Go Your Own Way", "Rhiannon", "Dreams" y "You Make Loving Fun", THE DANCE ofreció un espacio para que cada compositor mostrara su nuevo material. "Temporary One" es una canción optimista de Christine McVie que se desliza sobre una brisa de guitarras acústicas y es quizás la canción que suena más alegre del álbum. Buckingham contribuye con "Bleed to Love Her", que atenúa sus tendencias más oscuras en favor de una canción pop directa. De las tres, "Sweet Girl" de Nicks es la que más parece que podría haber salido de una sesión de finales de los 70; al igual que "Temporary One", hay mucho rasgueo y una buena dosis de armonía, pero sobre todo fue genial escuchar la voz de Nicks al frente de esta banda una vez más.
Sin embargo, lo más destacado del álbum son las viejas canciones que suenan completamente nuevas. Buckingham toma "Big Love" de 1987 y la convierte en un ejercicio de guitarra solista, con un toque de dedos que suena de otro mundo y apoya una voz cuya desesperación es palpable. "Silver Springs", una cara B de RUMOURS, tiene un humor desgarrador apoyado por los muchos puntos fuertes de la banda, desde la voz de Nicks hasta el solo de Buckingham y la sección rítmica que lo mantiene todo unido.
Cuando el espectáculo (y el disco) termina con un estridente repaso de "Don't Stop" (aumentado por la banda de música utilizada para "Tusk" una canción antes), quedó claro que Fleetwood Mac no iba a parar, que eran capaces de continuar. Más que eso, estaban dispuestos a hacerlo, a añadir a su acervo de éxitos unas actuaciones que no sólo arrancaban sonrisas a los fans nostálgicos, sino que trasladaban la gran música de antaño al presente.
Desde las primeras notas de "The Chain" en THE DANCE -el álbum en vivo y el proyecto de vídeo que marcó el regreso de la formación clásica- es fácil escuchar que los cinco músicos principales son mejores juntos que separados. Buckingham y Nicks han nacido para armonizar: él suena como si estuviera a punto de salirse de la piel con la adrenalina, y la voz rasposa de ella le da un objetivo al que apuntar. Y los humeantes coros de Christine McVie añaden textura y profundidad a la canción. Los oyentes reconocieron algo que se habían perdido en ese momento, probablemente sin darse cuenta de que lo habían echado de menos: el sonido clásico de esta maravillosa banda.
Además de canciones tan conocidas como "Go Your Own Way", "Rhiannon", "Dreams" y "You Make Loving Fun", THE DANCE ofreció un espacio para que cada compositor mostrara su nuevo material. "Temporary One" es una canción optimista de Christine McVie que se desliza sobre una brisa de guitarras acústicas y es quizás la canción que suena más alegre del álbum. Buckingham contribuye con "Bleed to Love Her", que atenúa sus tendencias más oscuras en favor de una canción pop directa. De las tres, "Sweet Girl" de Nicks es la que más parece que podría haber salido de una sesión de finales de los 70; al igual que "Temporary One", hay mucho rasgueo y una buena dosis de armonía, pero sobre todo fue genial escuchar la voz de Nicks al frente de esta banda una vez más.
Sin embargo, lo más destacado del álbum son las viejas canciones que suenan completamente nuevas. Buckingham toma "Big Love" de 1987 y la convierte en un ejercicio de guitarra solista, con un toque de dedos que suena de otro mundo y apoya una voz cuya desesperación es palpable. "Silver Springs", una cara B de RUMOURS, tiene un humor desgarrador apoyado por los muchos puntos fuertes de la banda, desde la voz de Nicks hasta el solo de Buckingham y la sección rítmica que lo mantiene todo unido.
Cuando el espectáculo (y el disco) termina con un estridente repaso de "Don't Stop" (aumentado por la banda de música utilizada para "Tusk" una canción antes), quedó claro que Fleetwood Mac no iba a parar, que eran capaces de continuar. Más que eso, estaban dispuestos a hacerlo, a añadir a su acervo de éxitos unas actuaciones que no sólo arrancaban sonrisas a los fans nostálgicos, sino que trasladaban la gran música de antaño al presente.