The Sound: Jeopardy (2024 Reissue) (White Vinyl)
The Sound: Jeopardy (2024 Reissue) (White Vinyl)
Fecha de lanzamiento : 29-11-24
Formados en 1979 y liderados por el temperamental y problemático Adrian Borland (se suicidó en 1999 después de luchar contra la depresión durante años), The Sound son quizás la banda más injustamente olvidada de los años ochenta. Puede que no sean tan conocidos como sus contemporáneos Echo & the Bunnymen o Joy Division, pero su contribución única e influyente a la primera ola del post-punk inglés es igual de válida. Borland estaba harto de las estructuras simplistas y la rutina del punk y quería romper con el movimiento punk. Al igual que Howard Devoto, de Magazine, que abandonó a los Buzzcocks, Borland quería crear un sonido que se basara más en las atmósferas, la tensión y la interacción instrumental, al tiempo que abrazaba la urgencia del espíritu punk. Con el lanzamiento de Jeopardy, The Sound convirtió esta inspiración en un debut casi perfecto. Con una producción cruda y afilada, acorde con el presupuesto de grabación de 800 libras, el álbum es un frenesí mordaz, lleno de canciones con gancho e impacto emocional que nunca degeneran en sensiblería.
La canción que abre el álbum comienza con un tono mínimo, hasta que las nerviosas guitarras del estribillo desgarran la canción. Un comienzo prometedor que sólo insinúa lo que está por venir. Cada una de las canciones siguientes va cobrando el impulso de una compleja obra maestra del pop. Las letras de Borland también demuestran que es uno de los pocos compositores post-punk cuyas palabras merecen ser analizadas. El álbum ha recibido críticas muy favorables: NME, Sounds y Melody Maker le otorgaron la máxima puntuación, y el influyente DJ británico John Peel recibió a la banda en el estudio para grabar una sesión. Con todos los elogios de la crítica, es difícil explicar por qué The Sound nunca alcanzó la notoriedad de las dos bandas con las que más se les comparaba, pero sólo hay que escuchar Jeopardy para oír la combinación perfecta entre la angustia oscura y torturada de Joy Division y la accesible fusión de glam y art-rock de Echo & the Bunnymen.